Germán Álvarez: el pintor detrás de los cuadros de Centauro

Sumergirse en el universo artístico de un pintor es adentrarse en un viaje de colores y emociones que trascienden las palabras.

Germán Álvarez es el creador detrás de las cautivadoras obras que adornan las paredes de Centauro Restaurante. Un lugar donde cada elemento, desde los platos, sus ingredientes y hasta la vajilla misma, y, por supuesto, los cuadros, son productos de los vibrantes oasis mendocinos.

Sus obras no solo decoran las paredes de Centauro, sino que también enriquecen las vivencias en el restaurante. Su arte se convierte en un compañero silencioso de cada comida, aportando significado y profundidad a cada bocado y a cada momento compartido en este rincón especial de Mendoza.

Desde el año 1990 que Germán viene plasmando su pasión sobre el lienzo de manera ininterrumpida. Sin embargo, su camino hacia la pintura no fue directo, ya que previamente había transitado por el mundo de la ingeniería y participado en talleres de arte esporádicamente. En sus propias palabras: «La pintura era una pulsión interior de la que no pude, ni quise escapar», cuenta Germán.

Las obras que este pintor presenta al mundo encuentran su razón de ser en la fusión del pasado y el presente, en la confluencia de su mundo interno con el entorno que lo rodea. “Cada trazo es un intento de capturar los imponderables de la vida: la libertad, el amor y las decisiones que nos definen”, dice el pintor.

La oportunidad de exhibir su arte en el restaurante Centauro ha sido “un regalo” para el pintor, según él mismo afirma: “Es una hermosa experiencia, compartir mi trabajo, en el espacio de Centauro, me gratifica pensar que mis obras acompañan y pueden inspirar un momento mágico”, expresa Germán.

Sus obras, alineadas con el concepto de Centauro, se convierten en un reflejo de la búsqueda de oasis interiores y exteriores. La figura del rabdomante, ese buscador de agua casi mítico, se convierte en un nexo con lo fantástico y simboliza la exploración de la identidad, la historia y el destino.

La saga de Germán está estrechamente vinculada con el propósito del Centauro: vincular los oasis productivos de Mendoza con el mundo. Por lo que el rabdomante es, en definitiva, el creador de esos oasis, quien hoy nos provee de los productos y materias primas.

No es un simple acto de decoración, sino un encuentro entre la esencia del arte y la experiencia gastronómica. “Enlazo está búsqueda con lo fantástico, con la búsqueda de nuestra identidad, de nuestra historia y de nuestro destino”, agrega el artista mendocino.

Y es que las obras de Germán Álvarez se entrelazan con la atmósfera de Centauro, complementando cada plato exquisito y cada sorbo de vino con un sentido profundo.

“Espero que mi trabajo acompañe está experiencia gastronómica y la enriquezca, estoy convencido de que el arte puede aportar sentido a un momento que ya de por sí es un entramado complejo de sensaciones”, sentencia Germán.

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