Arcilla y sabor: cuando la vajilla y el menú se funden
Centauro Restaurante no solo se destaca por su gastronomía, sino por su profundo compromiso con la identidad y los recursos locales. Un concepto donde los sabores autóctonos se fusionan también con la artesanía local, y donde cada bocado -y de dónde se toma este mismo- es un tributo a la rica herencia de Mendoza.
Para Centauro, la utilización de productos autóctonos no es solo una elección, es una filosofía que abraza la sostenibilidad, la tradición y la conexión con la tierra.
Y es que la experiencia va más allá de lo que está en el plato. La vajilla misma es también obra de arte creada por un alfarero local, cuyas manos modelan la arcilla de la precordillera mendocina. Por lo que cada pieza es única, y testimonio tangible de la conexión entre la tierra y la creatividad humana.
“La arcilla que trabajamos es de Potrerillos”, cuenta el ceramista y alfarero mendocino Agustín Herrera, quien realiza objetos llenos de identidad y con estilo distintivo que no escapó a la elección de Centauro a la hora de considerar seguir apostando por los oasis productivos, incluso para su vajilla.
“Muchas veces las tendencias gastronómicas eclipsan las tradiciones locales, pero Centauro decidió ser reconocido por su firme compromiso de resaltar y revivir la esencia misma de la región”, explica Diego Tapia, chef ejecutivo de Centauro.
Agustín elaboraba objetos de todo tipo, pero fue en 2016 cuando por un llamado casual salió a la ayuda de un colega que no podía abastecer un pedido. Desde ese momento, su mezcla de diseño y arte en objetos de vajilla no cesó.
“Creo que la vajilla es bastante particular en cuanto a formas, colores y diseños. Además nosotros trabajamos acompañado al proyecto donde va a estar nuestra vajilla es decir trabajamos a partir del concepto que ellos proponen y hacemos nuestra interpretación, algo que no pasa cuando uno va a comprar vajilla, por lo general va y elige lo que hay. En cambio nosotros hacemos en pos del proyecto gastronómico”, describe Agustín Herrera, también docente de Cerámica y Alfarería.
“La idea fue crear platos en el cual se vea un límite muy delgado entre objeto de utilidad y objeto artístico”.
Agustín considera que “propusimos una nueva forma de hacer vajilla, ya que podés ver platos con esmaltes muy texturados y de colores desde los más brillantes, como el dorado, hasta blancos mates con toques artesanales como microcristales. Este tipo de esmalte hace que cada plato sea distinto, no hay uno igual que el otro”.
Desde la tierra hasta la mesa, cada paso del viaje gastronómico al que invita Centauro es un tributo a la riqueza de los oasis mendocinos y a la pasión de quienes crean estas obras.