Centauro y La Trucha Tranqui: un encuentro de sabores y valores sostenibles

En un mercado gastronómico cada vez más enfocado en la sostenibilidad y la calidad de los ingredientes, Centauro Restaurante recientemente actualizó su carta y dio un paso al frente al establecer una colaboración exclusiva con un criadero pequeño de truchas orgánicas. Esto no solo resalta el compromiso de Centauro con la excelencia culinaria, sino también con el medio ambiente, sus oasis y la comunidad local.

El criadero, llamado La Trucha Tranqui, y ubicado en el Valle de Uco, cautivó la atención del restaurante por varias razones fundamentales.

“En primer lugar, las truchas orgánicas que crían son conocidas por su sabor inigualable y su textura delicada. La alimentación natural y el ambiente de aguas limpias en el que crecen garantizan un producto final de alta calidad, que es esencial para la propuesta gastronómica de Centauro”, explica Diego Tapia, chef ejecutivo.

“El proyecto comenzó hace más de treinta años en el Valle de Uco, pero debido a la poca experiencia en la actividad acuícola se retomó debidamente en el año 2017, cuando se encaró con una nueva metodología en la forma de hacer piscicultura de salmónidos”, explica Tito, al frente de La Trucha Tranqui, que produce la trucha de más calidad de todo el noroeste argentino.

La elección de un criadero pequeño y local se alinea perfectamente con la visión de Centauro de apoyar a la comunidad y fomentar prácticas sostenibles. Al trabajar directamente con el criadero, el restaurante contribuye a la economía local y promueve la agricultura responsable en la región. Además, la proximidad del criadero minimiza la huella de carbono asociada con el transporte de ingredientes, lo que se alinea con los valores del restaurante.

En esta zona, y estando a 1.500 metros sobre el nivel del mar y con sus arroyos de deshielo con aguas puras, se generaron las condiciones óptimas para producir este tipo de cultivos de grandes cualidades.

La Trucha Tranqui produce truchas variedad arcoiris, de la familia de los salmónidos. Son peces aptos para cultivos en aguas frías y oxigenadas, como las de este arroyo, cuyas nacientes provienen de filtraciones de agua de un glaciar a más de 4.000 m. de altura Este ambiente genera peces sanos de alta calidad. Es una condición importante para obtener un producto artesanal y prácticamente orgánico, libre de antibióticos”, agrega Tito.

Y explica que “el nombre tan particular del proyecto vino a raíz de una niña pequeña, que alimentando los peces, soltó esa expresión, y quedó así”.

El emprendimiento produce unos 5.000 kg anuales de trucha, o unos 12.000 peces de crianza.

“Nuestros clientes valoran estas condiciones y contamos con el apoyo de reconocidos establecimientos gastronómicos de todo el país. Nos eligen por ser un producto de excelencia, local y de muy buena aceptación por comensales locales y extranjeros. Además por sus condiciones de frescura y libre de antibióticos se presta perfecto para preparados crudos, permitiendo disfrutar de su sabor único”, explica Tito.

Cabe agregar que La Trucha Tranqui es la única piscicultura del Noreste Argentino, no hay otra similar sino a 1.500 kilómetros al sur, en la Patagonia, cerca de San Carlos de Bariloche, que así y todo, no ostenta la calidad y tratamientos para mantener la salud de los peces que presume la mendocina.

“Nosotros acá no usamos ningún tipo de tratamientos ni de químicos para el cultivo de nuestros peces. Pero para que todo esto cierre, la producción tiene que ser limitada porque justamente el volumen hacinado en estanques es el que produce problemas con microorganismos”, explican desde el criadero.

“Esto para nosotros es básicamente una pasión; es algo más que un negocio”.

Desde Centauro, Diego Tapia aclara: “Aquí utilizamos la trucha para el plato El Pez de la Montaña, que es una trucha curada cortada en láminas, con jugo de chucrut, emulsión de Shio Koji, pimientas negras encurtidas y rábanos frescos”.

“También utilizamos las vísceras de las truchas para hacer un fermento que se llama garum,  que es una salsa preparada con vísceras fermentadas de pescado que se remonta a la gastronomía romana. La receta se encuentra en un texto del Siglo III, y nos permite no desperdiciar absolutamente nada de este gran producto”, explica Diego.

Y agrega: «Nos enorgullece poder ofrecer a nuestros comensales una experiencia culinaria que va más allá del plato. Queremos que cada bocado refleje nuestro respeto por la naturaleza y la comunidad que nos rodea», comenta el chef principal de Centauro.

«Trabajar con un criadero de truchas orgánicas nos permite no solo garantizar la frescura y la calidad de nuestros platos, sino también transmitir un mensaje sobre la importancia de elegir ingredientes a conciencia», considera Tapia.

A medida que los consumidores se vuelven más conscientes de la procedencia de los alimentos que consumen, Centauro se ubica cada vez a la vanguardia al mostrar cómo una colaboración con productores locales de los diferentes oasis mendocinos puede tener un impacto positivo en tantos niveles.

Sobre el plato

EL PEZ DE LA MONTAÑA

Gluten Free

Trucha curada, Jugo de Chucrut, Emulsión de Shio Koji, Pimientas Negras encurtidas, Rábanos frescos.

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